jueves, 19 de enero de 2017

arte gore Zdzisław Beksiński (recopilación)

La corriente del surrealismo, una de las más representativas del arte contemporáneo, tuvo su mayor apogeo durante la primera mitad del siglo XX; una época de cambios que impulsó a un grupo de artistas a buscar un nuevo lenguaje mediante el cual pudiesen expresar sus pensamientos, libres de ataduras o de cualquier otro tipo de  preocupación.

Sin embargo, el artista polaco Zdzislaw Beksinski se concentró en la pintura principalmente en el arte abstracto, pero en la década de los  60 fue inclinándose cada vez más al surrealismo redefiniendo la corriente con su estilo único, llevándolo  hacia nuevas direcciones, lo que le valió convertirse en uno de sus más respetados exponentes. En la década de los 70 comienza lo que denominó el " Período fantástico ", durante casi 20 años, una pintura figurativa, de tendencia fantástica, trágica y expresiva, con atmósferas oprimentes. Redefinió el surrealismo como un instrumento a través del cual logró manifestar sus más oscuras y siniestras inquietudes de forma exitosa. Es el único artista moderno polaco que ha exhibido su obra en el Museo de Arte de Osaka, en Japón. Justamente, con sus obras más conocidas, las que muestran desolados espacios y escalofriantes situaciones producto de un desastre apocalíptico, escenas de muerte, esqueletos y figuras deformes.

Como el propio artista dijo una vez: “Lo que importa es lo que aparece en tu alma, no lo que ven tus ojos o lo que puedes nombrar”.
Zdzisław Beksinski (1929 – 2005) era un pintor y fotógrafo polaco de gran renombre. Sus pinturas contenían elementos surrealistas de visión apocaliptica y de gran detalle, con paisajes llenos de cadáveres, figuras deformes o grandes desiertos. A pesar de ello el decía que eran mal interpretadas, y que tenían un elemento algo optimista y hasta humorístico. Sus exposiciones siempre fueron grandes aciertos, y es con una de ellas en Varsovia en 1964 cuando su fama se extendió a nivel mundial. En los años 80 su nombre y su obra eran reconocidos en Francia, Europa occidental, Estados Unidos y Japón. Antes de trasladarse a Varsovia en 1977, quemó una selección de sus trabajos en su propio patio trasero, sin dejar ninguna documentación de ellos. Más adelante diría que algunos de esos trabajos eran “demasiado personales”, mientras que otros eran insatisfactorios, y él no quería que la gente los viera. A finales de los 90 descubrió los ordenadores, Internet y la fotografía digital, lo cual amplió su trabajo.
Pintó sobre todo al óleo sobre paneles de aglomerado que el mismo preparaba, experimentó así mismo con pintura acrílica. Escuchaba siempre música clásica mientras pintaba, decía que el silencio le molestaba. 
Sus exposiciones fueron numerosas y todas de éxito clamoroso, tras de una de ellas en Varsovia en 1964, todas las pinturas fueron vendidas, por lo que Beksiński comenzó a dedicarse de lleno en la pintura, y a trabajar prolíficamente.
Los últimos años de la década de 1960 sesenta, fue el de su “periodo fantástico”, que practicó hasta mediados de la década de los 1980. Este es su periodo más conocido, durante el que creó, como decíamos, imágenes perturbadoras, escenas que partían de un mundo surrealista y postapocalíptico, haciendo hincapié en escenas de muerte, putrefacción, paisajes repletos de calaveras, figuras deformadas y desiertos. Pese a su reticencia y pesimismo, la obra fue de un éxito bastante notable, sin que esto llegara a afectar a Beksinski de manera personal. No mostraba interés por la vida social artística y su personalidad tímida y agradable siguió contrastando enormemente con la crudeza de su obra.Su primera etapa ha sido calificada de “Realismo mágico”, recordándonos en algunos sentidos al surrealismo de principios de siglo, pero con un estilo más tenebroso y encarnizado, casi comparable con el gótico y el barroco, y una temática post-apocalíptica enfocada a través de un rigor y precisión en los dibujos prácticamente obsesiva. La segunda, en cambio, ya a finales de los ochenta y los noventa, desarrolla una pintura más austera, volátil y digital, adaptada a la necesidad de crear algo diferente al boom que empezaba a manifestarse con las primeras uniones del ordenador con la fotografía.El final de su vida fue triste y en 2005 muere asesinado por el hijo de su conserje tras haber sobrevivido a la muerte de su esposa y al suicidio de su hijo. Como legado, nos ha dejado una obra que no puede dejarte indiferente y que te transporta al interior de sus pesadillas. Él decía que sus cuadros no eran tan pesimistas, que escondían toques amables y de humor en aquellos desgarradores paisajes plagados de los monstruos de los que hablaba Goya y que todos tenemos en nuestro interior.
De hecho, quizá Zdzisław Beksiński sea el pintor de esos monstruos que se abalanzaron sobre el siglo XX y de los que somos legítimos herederos.
La mayoría de ellos con base religiosa y con la finalidad de enfatizar los perjuicios que resultan de una actitud pecadora. Luego el auge de las leyendas nórdicas y su imaginario plagado de seres de la oscuridad que lograron infundir miedo y repulsión desde los lienzos. Tal vez Goya (Francisco Goya Lucientes) haya sido el más cercano referente a nuestra cultura hispana de lo chocante, pero su obra es tan amplia y diversificada que no podríamos encuadrarlo en ninguna tendencia en particular. Recordamos a H.R.Giger que desde sus seres arrancados del Necronomicón de H.P.Lovercraft,  crea mas tarde el Alien que todos conocemos  u obras que hacen equilibrio entre lo orgánico y lo mecánico en una preocupante armonía.Resultado de imagen para zdzislaw beksinski

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